martes, 13 de junio de 2017

CON UN VIEJO LAPICERO ROBADO EN EL IKEA

Imagen tomada de Internet

Escribir un poema con un viejo lapicero robado en el Ikea,
tiene su encanto.
En el corazón de la lluvia, algún recuerdo desvaído.
En su costado,
la marca que sólo conocemos tú y yo
cuando la miramos bajo la complicidad
de los mismos párpados.
Derramarme en estos versos y apurarlos,
sorbo a sorbo,
sin pensar demasiado en lo que estoy haciendo.
Y todo con un lapicero viejo,
en esta mano antigua.
La trufa grande y húmeda de mi perro me interrumpe.
Un momento de sonrisa.
Se merece una caricia.
Le hablo suavecito de cuánto me gustan su bondad y su inocencia.
La confianza se hace mutua.
Y tú nos miras largamente
y así, casi sin darnos cuenta,
volvemos al amor. Como si no pasara nada.

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