¿Hasta qué punto somos productos de algún tipo de adoctrinamiento? Si soy capaz de ver cómo condicionan a otros y me considero diferente de esa manera de pensar o de sentir, ¿por qué no identifico claramente qué es lo que están haciendo conmigo?
La historia de este largo ¿poema? la cuento en la entrada de "La inquietud de los pronombres".
Tras un camino estrecho
rodeado de espinos,
de lágrimas y de esfuerzos
se abre un valle
tan grande y tan hermoso
como la profundidad
del amor en la mirada;
como el roce del
silencio, cuando se contempla el mar,
Ese camino se
vuelve de repente tan estrecho y tan empinado
que abre en los
pulmones una grieta
y el dolor que gime
dentro
va rompiendo poco a
poco las ataduras de un pasado,
y el sonido de su
huella dificulta la respiración,
nos hace frágiles.
Ese camino, perdido
entre la niebla,
fue hecho para ti,
para mí, para el proscrito,
para el que busca
un poco más allá de la tiranía,
la sombra de un
paraíso del que nunca nos querían hablar
porque no interesa
difundir que existe.
Dame esa piel que
quieren vestir con murmuraciones, con lamentos,
pero no te hagas
falsas ilusiones
esperando que
alguien te comprenda
porque a la inmensa
mayoría de los hombres y de las mujeres
les produce
verdadero terror traspasar ese límite
cubierto del dolor
repentino de la soledad, de las tinieblas.
Desnúdate y baila.
Baila conmigo hasta desfallecer,
sobre las piedras
de este suelo forajido que otros evitan
por creer que se
les va el poder que lo controla todo.
Conviértete conmigo
en un rebelde, en un raro, en un maldito,
pero no dejes nunca
de pensar por ti mismo,
porque cuando dejes
de pensar,
caerá bajo tus pies
la hermosa tierra de ese valle
y con ella, todo tu
esfuerzo se hará de olvido.
Entonces llegarán
ellos -los que te quisieron poseer-,
como buitres
carroñeros
y te hundirán en un
amor tan falso como las verdades que proclaman
entre sus
dramáticos sofocos y sus juramentos.
No, no dejes que le
pongan los hilos de ese amor a tu conciencia
porque son tan
sutiles como invisibles,
pero no dejan de
ser cadenas con las que pueden manejarte
como a una sencilla
e inútil marioneta,
sin que lo notes,
incluso haciéndote creer que eres feliz
y que ya nada te
falta.
No, no dejes que le
pongan precio a tus acciones
porque entrarás a
formar parte en sus negruras,
en todo lo que
pretenden manipular
con sus argucias y
con sus sucias tretas.
Tras un camino
tortuoso en el que un día me interné,
se encuentra un
valle...
y ese valle, amigo
mío, mal que les pese
a los que siempre
se quieren salir con la suya,
se llama Libertad.
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