He cambiado el aspecto del blog. Quería darle un toque más actual y, de paso, facilitar el acceso a los diferentes poemas. Sé que para quienes ya lo conocíais no era necesario decirlo.
Pero también quería daros las gracias por vuestro apoyo en mis horas bajas, aunque ya lo haya hecho personalmente.
Gracias por vuestros comentarios y por las conversaciones telefónicas de estos últimos días. Por haber compartido en Facebook y en Twitter el poema "En mitad de aquellos cuentos".
El poema de hoy es un pequeño homenaje a cuantos os habéis interesado por mi estado mental y emocional. Vuelve a tener tono que en ciertos matices recuerda al amoroso... qué le vamos a hacer... Es un lenguaje en el que me resulta más fácil hablar de muchas otras cosas.
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy llega al fondo de mi alma el sol,
hoy la he visto... la he visto y me ha mirado...,
¡hoy creo en Dios!
Gustavo Adolfo Bécquer
Qué poder inmenso el de las palabras
que pueden borrar con su soplo el dolor de las almas.
Era el día triste. Jueves de mañana.
Gris el pensamiento. Muerte en las campanas
Y en el aire ausencias, donde respiraba.
Cuánto paso torpe, perdido en la nada.
Laberintos viejos. Mi mente vagaba.
Vuelta del trabajo. Rutina diaria.
Yo quise fundir mi almohada en lágrimas.
Me metí en la Red y encontré una carta.
Prodigio casual, su caricia extraña.
Sentí un zarandeo que limpió mi cara.
Y la pena turbia, convertida en rabia,
vino a levantar de nuevo mi espada.
Qué poder inmenso el de aquellas palabras
pintando en mi mundo los trinos del alba.
Realmente impresionante que con estas pocas pinceladas me transportes a ese universo de sensaciones, de colores. Aunque a veces no sean luminosos ni alegres. Lo consigues, con las palabras justas, ni más ni menos. Gracias.
ResponderEliminarMe gustaría poder llegar al fondo de tus palabras, esta vez enlazadas con magia poética, para desentrañar todo ese mundo interior que expresas, a veces teñido de agridulce canto, pero a veces nos quedamos sólo en lo más pausible, en cualquier caso entiendo ese mensaje de alegría al"recibir" o "releer" una antigua carta, ¿cuántas veces eso mismo me ha hecho dar gritos de alegría? El poderte comunicar en la distancia es uno de los mayores placeres que nos da esta, por otro lado, destartalada sociedad en que vivimos.
ResponderEliminarOjalá todos los días nos pudiera consolar una carta, esa carta que te rescata del naufragio "muerte en las campanas" y de nuevo te eleve a ese otro mundo, a esos "trinos del alba" bellos.Versos bellos ambos, muy bellos,y que describen perfectamente y con hermosas metáforas, ese salto de la tristeza a la alegría,por otro lado tan frecuente en personas sensibles. Enhorabuena. No te extrañe si algún día lees algo parecido en los míos, porque lo que llega al alma siempre se queda.Como aquél..."Verde que te quiero verde..."