Reflexión: No quisiera tener que dedicarle este poema a ninguna mujer del mundo y sin embargo, sé que las que se pueden sentir identificadas con el contenido del mismo son muchas.
Mensaje: No dejes que el alcohol ni sus mentiras te hagan culpable de las frustraciones de ese hombre. No te lo mereces.
Noche de hojalata y de cartón.
Tus ojos emborronados de tristeza y rimel.
Él ahogó otra vez sus penas en alcohol
y no quiso comprender que ya no estabas a su lado
cuando a la angustia de tu enfado,
le llamó simplemente berrinche.
Para él era más fácil el cristal de aquellas copas
que buscar en tu mirada la verdad,
que aún luchaba por salir o por quedarse
entre tus labios, pegada a ellos
como uno de sus penosos y repetidos chistes.
Harapienta y sin sentido, lavaste tu cara
como si el agua fría pudiera borrar
ese daño que sufriste.
Y así van camino del desagüe,
los restos de dolor, lágrimas, agua y rimel.
Se destila el silencio. Sueños rotos
en el dorso de metal de un alambique.
Mensaje: No dejes que el alcohol ni sus mentiras te hagan culpable de las frustraciones de ese hombre. No te lo mereces.
Noche de hojalata y de cartón.
Tus ojos emborronados de tristeza y rimel.
Él ahogó otra vez sus penas en alcohol
y no quiso comprender que ya no estabas a su lado
cuando a la angustia de tu enfado,
le llamó simplemente berrinche.
Para él era más fácil el cristal de aquellas copas
que buscar en tu mirada la verdad,
que aún luchaba por salir o por quedarse
entre tus labios, pegada a ellos
como uno de sus penosos y repetidos chistes.
Harapienta y sin sentido, lavaste tu cara
como si el agua fría pudiera borrar
ese daño que sufriste.
Y así van camino del desagüe,
los restos de dolor, lágrimas, agua y rimel.
Se destila el silencio. Sueños rotos
en el dorso de metal de un alambique.
No hay comentarios:
Publicar un comentario