martes, 23 de julio de 2013

YO SÉ QUE TIENES GANAS

Yo sé que tienes ganas de que llegue esa mañana o esa tarde
en la que nos sentemos frente a frente en una mesa.
Las horas pasarán suaves, tranquilas, como siempre,
pero a nosotros nos parecerá todo pequeño, casi mentira,
y sabremos que nos pertenece al recordarlo,
porque robaremos servilletas de papel
para escribir nuestros nombres torpemente
y así cada vez que contemple la mía, entre incrédula y distante,
será tu letra la entrada a la fragancia y al color
de cuando al entregármela, sin descuido por tu parte,
tu piel rozó mi piel,
y mis labios te sonrieron con desenfado y sin pudor, 
alegremente.
Yo sé que tienes ganas de mirarme,
para conocer muy de cerca lo que agranda mis pupilas
lo que las llena de estupor, fragilidad o calma,
como si a través de ellas pudieras alcanzar
el fondo de una historia delirante
o la grieta que ensombrece mis palabras.
Sin magia y sin prodigios, nos beberemos sorbo a sorbo,
lentamente,
ignorando lo que existe a nuestro alrededor,
y tendremos la certeza de que muchos espacios en otros tiempos,
no significaron absolutamente nada.
Yo sé que tienes ganas de explorar el diapasón de mi guitarra,
de buscar nuevos acordes que se posen en las cuerdas
que quedaron silenciadas.

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