Imagen tomada de la Red |
Así besándote despacio ahogo un pájaro,
ciego olvido sin dientes que no me ama,
VICENTE ALEIXANDRE
Que no nos separen las palabras.
Que no nos separen.
Apenas un instante, que se queden quietas.
Quietas,
hasta que parezcan flores muertas.
Muertas,
en el páramo
batallador que hay en mi cólera.
Quién pudiera disipar completamente
de sus sonidos el latigazo de dolor
e iluminar los perfiles de su sombra.
Que no nos separen.
Mis palabras bomba que no nos separen.
Que se vayan lejos mis palabras,
como las bandadas de los pájaros,
que desaparezcan a lo lejos.
Lejos. Cada vez más lejos.
Que no nos separen las palabras.
Las palabras malas que se esparzan por el viento.
Como las cenizas ya olvidadas de los muertos.
Que no nos separen.
Palabras tontas,
que ni las quiero ver rodar desde tus ojos,
ni como sal abrasadora en tus mejillas.
(proVocArte, 2016)
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