domingo, 8 de octubre de 2017

ANOTACIONES PARA MI DIARIO

 Ya sé que no es tanto lo que sucede,
que es como lo estoy viviendo.
Estás en mis cuadernos,
mientras yo me paseo en el margen de tus libros.
La hojarasca triste cruje bajo mis pies,
como yo, cuando me pisotean los recuerdos de tu ausencia.

Luna blanca,
mares hondos,
hierbas frescas,
tuve mundos diferentes donde elegir,
pero me quedé enganchada
en cada uno de los pronombres
tras los que te escondía en todos mis poemas.

Llega la tarde,
como la vida misma
el sol se rompe.

Había puesto mariposas en mis pies
pero no las vi hasta que arrojé bien lejos mis zapatos.
Sólo entonces supe,
que podía alzar mi vuelo tras ellas.

Después de todo, el señor de lo oscuro
no era Satán,
era mi propio ego, dando trompicones por la vida,
siempre pegado a las mismas suelas.

Todo va bien, me digo
hasta que vuelvo a pensarte y mi pensamiento
ya se sabe tuyo, sin pronunciarte nunca.
Escribo. Y te pienso.
Garabateo y te siento.
Creo que hoy aprendí que en la palabra amor
hay mucho más consuelo que en un abrazo desgastado.

“… debí haberme abierto camino hacia ti
hace mucho tiempo”
… sin duda alguna, leer a Whitman, antes de dormir
siempre le devuelve la locura a mis mejores sueños.



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