Se hizo de dolor toda mi esencia.
Comencé a sonreír.
La dejé dormida.
Y en su sueño, liviano y breve,
como el pétalo tierno
de la rosa,
aleteó tu nombre
sobre mi tristeza.
Amanecí de nuevo.
La crisálida duerme, duerme...
Qué será de mí
cuando se despierte.
Comencé a sonreír.
La dejé dormida.
Y en su sueño, liviano y breve,
como el pétalo tierno
de la rosa,
aleteó tu nombre
sobre mi tristeza.
Amanecí de nuevo.
La crisálida duerme, duerme...
Qué será de mí
cuando se despierte.
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