jueves, 20 de noviembre de 2014

COMO QUIEN CONTEMPLA

Vuelvo a contemplarte como quien contempla una escultura en la piedra,
o la luz que atraviesa el sonido de las hojas más altas del árbol. 
Vuelvo sí, a contemplarte lejano y a la vez tan cerca, como el azul intenso.
Ahora sé que te amo profundamente, pero también ahora sé que no puedo alcanzarte.
Me dejaré llevar por falsas alas para descubrirte entre mis sueños
y será ahí en esos mismos sueños, donde vendrás a mí,
donde nos volveremos a encontrar desde los párpados dormidos,
y el movimiento apaciguado y quieto,
ese movimiento que nos habla de seres inmortales y de energías de infinito.
Entonces seremos piel, seremos manos, seremos boca 
y confundiremos nuestro alterado aliento para el amor, 
en la melodía silenciosa que se esconde tras mis versos. 
Y entonces y sólo entonces, podremos dejar atrás la sombra de tanto sufrimiento.

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