miércoles, 11 de marzo de 2015

CAMINÉ POR LA PIEL DE TODAS ELLAS






































Reflexión: El poema es en sí una larga reflexión.


Caminé por la piel de todas ellas
porque quise saber de mi mundo
y encontrarme con mi propia piel
y exhibirla en toda su belleza.
Me besó en la frente
con su gesto envejecido, la dulce Eva.
Nos miramos largamente y después
nos sumergimos en un lago
tibio lago, al que llegaron inquietas,
las palabras.
Y fue ella, despojada de lujurias,
de pecados y de dioses
la que me las entregó
mientras me susurraba que las cuidara
porque en su poder inmenso
yo podría transformarme
y saber quién era
y quién soy
y quién seré
y buscar mi propia esencia.
La dejé tranquila y sola
mientras la imaginaba lapidada,
una y otra vez en la misma escena
y en los mismos gritos
que abrieron sus heridas en el umbral
de aquel falso paraíso
de condenas y prohibidos.
Cuando las vi con el dolor de la condena
rompiendo sus costados y sus úteros,
las amé a todas ellas,
entonces las heridas se cerraron
y las evas comenzaron a creerse realmente
completas y mucho más hermosas,
sin tener necesidad de verse reflejadas
en la opinión de aquellos hombres.

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