Me muestro mujer de carne y hueso,
de la cabeza a los pies,
y no quiero ser
ni tu mariposa, ni tu furcia,
ni tu más grácil gacela.
Amo mi cuerpo tal cual es
y mi mente en lo que fue y en lo que será.
Como amo mi sed de ti.
No me avergüenzo, ni me avergüenzas,
por nada de esto.
(Ni de lo que surja)
No hay comentarios:
Publicar un comentario