Me suicidé a los veinte años.
Me tiré por una ventana que daba al patio de un colegio.
A la hora del recreo.
Volver a la vida no fue nada fácil.
Me pasé una buena temporada bastante aturdida
y me dio por leer las costumbres ancestrales
de los indios de Norteamérica.
Tal vez, sin querer, había regresado a casa.
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