martes, 20 de diciembre de 2016

CONCIENCIA


Nunca he sido la primera.
Tal vez porque siempre me gustó más la segunda fila.
Podía dormitar en el eco y su penumbra,
en un sueño lejano de sangre y de vida,
pero el agua y la luz se me hicieron
de dolor y de espinas
y llamé al rencor mi salvador,
mientras tramaba de formas distintas
los planes y la dulce venganza,
para llegar a ti más rápidamente,
hasta que me hice y deshice varias veces seguidas.
He desaprendido la falsedad de tantas rutinas,
que no me importa romperme una vez más
y, aunque sea así, rota y vencida,
mecerme en tus brazos 
porque ya he curado mis más viejas heridas.
He llegado a mi propio centro.
El ruiseñor me espera en la rama.
En mi esencia,
en uno solo de mis ritmos
se acompasan al unísono
las voces de todos los poetas.
Salgo de escena,
aunque tenga que salir de ti, has llegado a entenderlo
Entiendes mi amor, que no sabe de sacrificios o entregas.
Salgo de puntillas,
para que nadie me canse con su charlatanería.
El origen.
El final.
Y en mis manos latiendo el Kybalion,
cambiando las anticuadas respuestas.
El telón caerá y estarás conmigo.
Lo sé porque de nuevo me hablas de amor.
Y ahora sabes sentirlo.
Has disipado para siempre las lamentaciones
que cabalgaban sobre aquellas preguntas,
que ya no tienen nigún sentido.

sábado, 17 de diciembre de 2016

ANADIPLOSIS DE ESPEJO ROTO

Imagen tomada de la Red

Así besándote despacio ahogo un pájaro,
ciego olvido sin dientes que no me ama,
VICENTE ALEIXANDRE







Que no nos separen las palabras.
Que no nos separen.
Apenas un instante, que se queden quietas.
Quietas,
hasta que parezcan flores muertas.
Muertas,
en el páramo
batallador que hay en mi cólera.
Quién pudiera disipar completamente
de sus sonidos el latigazo de dolor
e iluminar los perfiles de su sombra.
Que no nos separen.
Mis palabras bomba que no nos separen.
Que se vayan lejos mis palabras,
como las bandadas de los pájaros,
que desaparezcan a lo lejos.
Lejos. Cada vez más lejos.
Que no nos separen las palabras.
Las palabras malas que se esparzan por el viento.
Como las cenizas ya olvidadas de los muertos.
Que no nos separen.
Palabras tontas,
que ni las quiero ver rodar desde tus ojos,
ni como sal abrasadora en tus mejillas.
(proVocArte, 2016)

lunes, 5 de diciembre de 2016

ME PEDISTE UNA CARTA (Poema experimental)

Imagen tomada de la Red
Me pediste una carta. Aquí la tienes. 
En mis más extrañas señas de identidad, 
podrás morderme.
Ahí precisamente.
Detrás de mis poemas, en la segunda historia 
que sólo conoces tú. 
Que nos oscurece. 
La segunda voz me aguarda. 
Acaso y ocaso suenan de forma parecida. 
Y a veces llegan a ser una misma cosa. 
Para que te duermas y que no te duela, volverás a mí. 
Como yo regreso.
Vuelvo. 
Vuelo. 
Victoriosa y dulce a ser tu diosa. 
Desde mis palabras,
cuando tú te asomas,
llega la vida
y late, cuando tú me nombras. 
Provócame sonrisas como nadie más ya sabe hacerme.  
Nunca se hará tarde para ti y para mí. 
Nunca será nunca en esta segunda historia. 
Las primeras notas donde brota el aire en la palabra escrita. 
Las segundas voces van en mi mirada
Tú te hiciste mío y yo me hice tuya 
por mucho que hayas vuelto a blasfemar mi nombre.
Es una blasfemia que se parte en dos,
que nos unifica y nos pertenece. 
Y me llamarás amor porque ya lo hiciste aquella vez, 
que se hizo siempre. 
Me pediste una carta. 
Aquí la tienes. 
Sólo espero que te tomes un tiempo 
y después, 
contestes.

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