lunes, 30 de junio de 2014

EL AMOR ERA UN VERBO CONJUGADO EN LOS PRETÉRITOS

Fotografía de la autora.

El amor era un verbo conjugado en los pretéritos,
estrecho y doloroso,
que nos hizo refugiarnos en un lecho
y nos despertó cuando menos lo esperábamos
de lo más apacible del abrazo.

Ramaje del árbol frondoso,
hoy lloré,  al verte lejos.

domingo, 8 de junio de 2014

UNA VEZ VENDÍ UN POEMA

Una vez vendí un poema 
y para ello, tuve que llenarme de tiritas el alma.
Más de una vez me sentí feliz con una travesura que no era sexual,
a las dos de la mañana.
Y más de una vez le vi la verdadera cara a alguien 
que se había escapado del infierno.
Pero prefiero no contarle ninguna de estas cosas
a quienes nunca se sintieron enamorados de un reflejo
o, a quienes nunca supieron ver en un espejismo,
la entrada a una nueva fantasía 
que nos puede hacer volar muy lejos...
Tampoco les cuento nada a quienes no se saben ver nunca como niños,
a los que tienen demasiado claras las cosas
y no se saben llenar los bolsillos de algo raro,
algo que pueda rimar con malabarismos, música, acorde,
pasión, amigos, entusiasmo o ya veremos...
Una vez vendí un poema 
y me sentí traidora de mis propios esquemas
y lloré su partida como se llora por los muertos.
Pero prefiero no confiar mis pequeños y grandes desvelos
a esas personas que te miran con la cara de decirte: "eso ya me lo sé"
en lugar de "no te preocupes, porque te entiendo..."
Una vez supe de la verdadera magnitud del tiempo
y sólo entonces comprendí la inmensa amargura 
de lo que podría llegar a ser eterno.
Y más de una vez y de dos y de tres, sentí la tremenda punzada de los celos
y me dediqué a sondear en las aguas profundas de mi propio dolor,
aunque no sé muy bien para qué, porque a pesar de tanto esfuerzo,
ellos siguen ahí y yo, de vez en cuando 
-menos mal-, los sigo sintiendo.
Y también más de una vez, lloré, hasta que se me desgastaron las lágrimas
-creo que en una de las ocasiones, 
podría haber acabado con todas las del universo-
y, para colmo de males, no llevaba tu impermeable puesto.
Una vez me olvidé de todo, 
por un momento, pero creo que fue caminando a tu lado por un bonito sueño.
La triste verdad es que aún no comprendo por qué me alejaste de ti 
si sabías que nos íbamos a echar tanto de menos.


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