martes, 30 de julio de 2019

Y QUÉ SUCEDE CUANDO QUIERO ESTAR EN Mí

Y qué sucede cuando quiero estar en mí,
divagar a la deriva de las horas muertas
saltar a la sombra de mi propia rayuela infantil
con los que ya partieron
y forman parte de la mirada hacia adentro
en la que sólo yo me encuentro
con mi propio desvarío.
Qué sucede si le digo no
a lo que me rodea
y me cierro en el hermético búnker
de mis más inútiles pensamientos
para nadar
o fluir
o balancearme
sobre aquella misma antigua queja.
Y qué sucede si no quiero prestar más atención
que al color obtuso de mis sueños
y no mirarte, ni escucharte
porque estoy puliendo mi tiempo
en el viejo compás de una campana
que sonó alguna vez con sabor a lejos.
Y qué sucede si en mi vuelo
me pides atención y yo te muestro
o rabia o descontento
porque estoy en mí
en el oasis de mi yo
en el acogedor limbo
que no quiero compartir con nadie.
Feliz y sola
en un estado pausado y lento
reconociéndome en la flor de olvido,
en la blanca flor de invierno,
con los ojos perdidos
y el corazón libre,
tan libre como todos los comienzos.


sábado, 27 de julio de 2019

PROPÓSITO



Aunque no esté bien visto,
discurriré por los planos inclinados
de la tarde.
Abriré los pulmones
al grito de esa libertad
que se gana a pulso
sin derramar ninguna sangre.
Gobernaré sin tregua ni cuartel
en las cavernas más profundas
donde germina la soledad del arte.
Y aunque nadie más sepa cómo hacerlo
yo podré llenar mis alforjas
con invocaciones enigmáticas
y danzas ancestrales
que despierten las ganas de vivir en paz,
en la alegría,
en el camino en el que otros sólo ven
una abstracción absurda
o unos versos sin sentido.
Y aunque tú no entiendas nada
en absoluto,
yo sé bien lo que me está pasando hoy...
                    (por fin desperté la mirada peleona de mis vendavales)

martes, 23 de julio de 2019

ACOMPÁÑAME

Nací coronada con tres claros de luna
y un mirlo
en el exilio de un lejano juramento.
Acompáñame, le susurré
con hambre desmedida de su firmamento.
Acompáñame
por mis ancestrales miedos,
por las siluetas profanadas
de mis sombras
por las heridas que nunca dejé
cicatrizar de veras.
Acompáñame,
le imploré
mientras el erotismo de mi lengua
se deslizaba desnudo
por mi propio ruego.
Acompáñame
por el territorio donde se gestan
los poemas que atraviesan
los más insospechados límites.
Acompáñame
con o sin protestas.
Acompáñame.
Derrama tu luz sobre mis palabras,
desde el profundo silencio
de tu inmaculada esencia.
Y el verso se rindió a mis pies
y por un momento
de invención
o de espejismo
yo me convertí
en su majestuosa reina.



pinterest