viernes, 13 de noviembre de 2020

SOY



Soy en ti 

la llama de amor que tú me das.

Eres en mi

la llama de amor que yo te doy.

En unidad de luz. 

En unidad de tiempo.

En unidad de Dios.

La noche oscura pasó,

no quedan sombras.

Amanece. Abrí los ojos.

Y soy en ti. 

Soy mi voz en tu voz

Soy tu voz en la mía.

Alma compañera. 

Una sola en la existencia.

En una sola esencia.

El lazo de amor que todo lo abarca

que todo lo es.

Conexión divina 

sin limitaciones ni medidas.

sábado, 4 de julio de 2020

2018












No hay calor para la piel que se viste en el recuerdo

Ni un plural para la soledad humana.

Las sombras, quedarán sólo las sombras.

Definitivamente, la pesadilla ha despertado.

 

Era el solsticio de un poema,

apenas esbozado.


La larva encallecida en tu capricho,

me volvió a mirar en lo gris, en lo insensato

y yo que creí haberte amado,

como me enseñaron a amar cada principio,

me fui cayendo de aquel sueño

como princesa rota

(y más si reavivo la llama

de lo que nos salió mal en este juego).


Prefiero romper la memoria y los papeles

y olvidarme de una vez por todas

lo que en la sangre y el sudor,

en la misma tragedia nos mostramos.


No pasa nada,

si después de esta caída

tomas de nuevo mi mano y me dices simplemente:

recomencemos.


miércoles, 20 de mayo de 2020

ASÍ QUIERO REZAR




Como si nunca hubiera habido un solo templo
y la vida por sí sola fuera suficiente y nos bastase,

así quiero rezar,

llena de agradecimiento y compasión,

lejos de cualquier clase de miedo.

No en el símbolo que penetra en lo ancestral

de una conciencia que permanece sin saberlo,

aun dormida.

Rezar a la Gran Obra de la vida.

Desde el sencillo átomo a lo que 

por complicado, no comprendo.

A la brisa,

a la montaña,

al agua

en cada una de sus manifestaciones.

Lágrima o brillo de estrella, 

en la nube, en el sol

en la abundancia de la tierra salvaje

y la labrada.

Rezar como lo hace el ave en su vuelo,

la flor en el aroma, la roca desde el suelo,

latiendo mis manos al amor

que no condena ninguna forma de expresarse,

ni desde el corazón más frío,

ni desde lo más apasionado 

de mi más desmesurada mente.

La vida que se abre y ramifica

en miles de fórmulas físicas y químicas 

entre branquias, escamas, plumas y variados aleteos,

en una atmósfera que respiran 

las más de 8,7 millones de especies 

conocidas del planeta.

A los seres que comienzan

y a todos los que se marchitan y nos dejan.

quiero rezarle cada día.

Rezar con música, con danza y movimiento,

con risa, aficiones y alegría,

rezar desde el crisol que genera

la variedad de mis silencios.

Llegar desde mi paz hacia la paz

del ojo único del corazón

que no necesita saber formular las buenas preguntas

para que lleguen auténticas y solas, 

las respuestas.


lunes, 13 de abril de 2020

EL ÁRBOL DE LA VIDA

Se cuela por las rendijas, como la luz
así, con la inocencia salvaje y bella
de su sonrisa,
se me abre la vida y me ilumina el alma
desde el infierno más abrupto.
Y si llego desde el dolor a la alegría,
(como dijo José Hierro)
desde las llagas de mi alma y mis demonios,
vuelvo a Dios,
a la Conciencia Olvidada 
y remonto los obstáculos en la libertad
y en el desdén que tantas veces me sorprenden.
No sé qué hacer
o si con ser es suficiente.
Pero quiero entender y ese no es el camino.
Ahora sí, cuando no uso la mente,
las consecuencias ya no duelen.
Aprendí la lección primera, 
aceptar, 
perdonar, 
olvidar, 
amar de nuevo,
ahora toca pasar la página,
y volver una y otra vez a la misma lección,
aunque parezca nueva.

viernes, 27 de marzo de 2020

VIEJOS RECUERDOS DE AMOR

No recordaba el amor como lo recordaban las otras mujeres de la residencia.
Maridos exigentes, amantes escondidos que se terminaban reconociendo con ciertas risillas clandestinas, rencores como surcos que fueron quedando tatuados en las párpados caídos de sus compañeras y en los gestos apretados que formaron las arrugas de sus bocas.
Y ella callaba porque veía el amor en los momentos que nunca le contó a nadie.
Cuando él la esperaba al salir del instituto y caminaban el corto trecho de la calle hasta su casa. El silencio en la mirada preocupada de él por el destino triste de los dos, que los separaría durante aquel largo y más que largo, terrible, verano. La risa estúpida en la que estallaban de repente por aquello tonto que ni siquiera les quedaba en el recuerdo.
Ella escuchaba hablar a sus amigas. La algarabía era grande. Risas por el sexo, requiebros, palabras picantonas, coqueteos... Me lo hice con aquel... Qué pena no haber sido más listas entonces...
Pero ella prefería su silencio porque derramarse en el amor era para ella otra cosa muy distinta. Y así lo vivía como algo más profundo y muchor más interno. Sabía que era algo tan ligero y puro que si rozaba el aire de su aliento, acabaría rompiéndose en mil pedazos.

sábado, 29 de febrero de 2020

UN MIRLO




La palabra jamás se parece a los tejados rotos
al idioma extranjero que suena y desaparece
como llega.

Un mirlo chapotea en mis ocasos
explora y me recompone
como un hada del XXI
con zapatos de tacón
y ombligo al aire

El monstruo que persiguió mis sueños
todavía se replica a sí mismo,
me plagia desde el desaliñado miedo
y jadea con ojos iracundos.

Me envuelven su miseria y sus andrajos.

Y cuando ya no le hago demasiado caso
ni al monstruo,  ni al miedo, ni al jadeo,
ni a la miseria o los andrajos,
sus ojos iracundos se me borran
de repente,
y de repente se me hacen de amapolas
que me brotan en la piel de las manos
y la frente
mientras invoco nuevamente
al mirlo de Merlín
desde un zorionak que me sabe a fresa
y le devuelve el calor a la niña
a la que un día amamantaron las sirenas
de las risas locas.

La magia celta se desliza por su pico
nana aflautada para la rosa blanca
y manantial fresco donde nace
la transparencia de las aguas

Un mirlo,
sólo uno
me cubre de pasión y fortaleza.

El ojo único del corazón del que hablaron los cherookes
me acompaña desde entonces
y desde entonces mi juego
me convierte en esos números
que ya no duelen.

Luz y música y pasión
en las razas fundidas por mi mente
que me cantan en el son
que se abre en el estrellado árbol sabio
de la noche.

viernes, 17 de enero de 2020

FUGAZ

Aunque creas
que no puedes darle más color
a la luz del alba,
en tu mirada está la magia
que lo transforma todo.

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