Me respiró otra vez la palabra amor desde su mismo centro.
Y volví a ti
como en un sueño o en la obsesión de aquellos años
y todo me resultó tan frágil como si hubiera sido la luz de un espejismo.
Ya no me quedaban sensaciones de tu piel ni siquiera en los recuerdos.
Me alejaste tanto de tus manos.
Si me hubieras amado entonces sin dudar
como te avisaba desnudo el corazón
como lo supiste en la verdad de mis silencios...
Pero preferimos ser en nuestros personajes:
un solo miedo y un dolor bien camuflados.
Llegaron muy de lejos las lánguidas notas finales de un piano.
¿Sabes? Hoy podría llover sin parar sobre el asfalto
y no me aumentaría para nada
esta sensación profunda de estúpida tristeza
.