ONOMATOPEYAS

Me gustan ellas, las onomatopeyas
que brincan, zas y se caen, plas,
se deslizan blissss,
se reinventan, siiiiiii
y te dejan bloooof
en un rincón mientras llaman a tu puerta:
¡Pon, pon, pon!
Me gustan frescas y recién nacidas,
inventadas o de sobra conocidas,
cuando ríen, jajajaja
o cuando lloran, buá, buá, buá.
Voces serias, sabias, necias,
engreídas o risueñas.
Onomatopeyas me rondan
bajo el balcón,
juegan a ser ruido, música
de un nuevo sentido,
que interroga a los instintos como 
si fuera un saxo en el jazz.
Onomatopeyas, que no os dejáis mirar,
yo os pregunto, antes de ir a dormir zzzzzzzzzzzz
si en el silencio shshshshshsh
alguien podría escuchar,
cómo es la voz de una estrella...
          (¡Ups! Seguro, seguro que saben de su cantar
sólo los buenos poetas).

HOY LA LENGUA LARGA DE LA PRIMAVERA ME HA LAMIDO

Hoy la lengua larga de la primavera me ha lamido.
He sido el cachorro en su boca, la amada en sus labios,
la luz de sus ojos.
Hoy su lengua cálida me ha despertado
y se ha hecho de trino en mi aire
y de color encendido en mi siembra.
Me siento desnuda frente a su desatada lengua.
No tengo bolsillos, ni penas, ni deudas.
Vuelvo a ser como ella, piel recientemente nacida
que se remueve y agita
y disfruta sin más
de todo lo que me queda por descubrir en la vida.