martes, 25 de junio de 2013

DESTELLO


Hoy sí, creo en la divina esencia de las cosas,
en la belleza
y en la frescura natural que hay en la rosa.
Creo en el aire matinal
cuando llega entre suspiros
y en la luz se funde, jugando ser paloma.
Y creo en tu verdad porque en ella me acaricias
con la voz de un pentagrama que retoza,
un pentagrama del que me entregas
los sonidos escondidos de estas notas.
Hoy sí,
creo en el fresco manantial que hay en mi mente
y en sus aguas limpias, claras
que entre versos y entre rimas se alborotan
Hoy creo en todo eso, en mucho más,
porque me presiento como leve destello en tu mirar
y me he visto reflejada
en el deseo del mordisco silente de tu boca.
Hoy, hasta podría creer en Dios
porque saber que tu amor es plenamente mío,
me transforma.

lunes, 24 de junio de 2013

TE DIJE ADIÓS

Reflexión: Cuánto cuesta decir adiós a situaciones, a proyectos o a un amor que estuvo largo tiempo acompañándonos en este pequeño viaje llamado vida. Pero los ciclos se cierran y hay que saber dejarlos atrás para siempre.

Llené de borrones aquel poema.
Fui tachando una por una cada letra,
cada signo.
Lo dejé mudo, sin sonidos.
Lo condené a muerte sin haber nacido.
Imagen de Maua Orma
Creo que me hablaba de ti.
No quise oírlo
y no quise tampoco verlo escrito.
Dolía, dolía mucho,
como ese recuerdo que se asoma
y que siempre te pareció un hermoso paraíso
y, cuando regresa un poco después,
ves que era sólo un espejismo.
Había algunos niños en la calle,
desde mi cocina apagada y triste
llegaban sus juegos rebozándose 
en la masa bulliciosa de unos gritos.
Cómo pesaba la luz en aquella caída de la tarde.
Rasgué despacio, muy despacio, la hoja de papel
que se iba deshaciendo entre mis manos
en el denso y profundo eco de mi último suspiro.
Rompí también aquel momento 
para dar fin a la esperanza del retorno
que ya estaba hecha de añicos desde dentro
como la hoja seca -y ya vacía de sentido-,
que seguía sujetando en la penumbra de mis manos.
Ante los despojos de aquellos versos,
en aquel espacio y, conjugando en el pasado
tantos verbos, supe por fin decirte adiós.
El poema estaba roto para siempre, 
mientras mi figura era devorada lentamente
por el gris demacrado de las fauces taciturnas
de aquella tarde de domingo y de su atmósfera sin aire.

sábado, 15 de junio de 2013

NO SÉ DIOS

No sé Dios,
si en un acto de inconsciencia me has creado;
si en la luz que ven mis ojos 
en el alba, en los ocasos,
escondidos hay reflejos de tu iris desbordado;
si el silencio y los sonidos
son los restos de la piel que hay en tus manos;
si en las brisas de las noches
has escrito con pudor tu doliente desamparo;
si la lluvia machacona
es la nostalgia con que rozas lo prohibido y lo profano;
si en los truenos vigorosos te enfrentaste a falsos sueños
o nos hablas de tus miedos tan divinos como humanos;
si en la tierra de los muertos
la amapola fue la sangre que en tu nombre derramaron;
si en los niños te envolviste de inocencia
y el tesoro que guardabas por las hambres fue ultrajado.
No sé Dios si eres,
o si eres bueno o eres malo;
sólo sé que un infinito
entre rimas voy palpando
e imagino que en escalas musicales,
son tus lágrimas poemas de horizontes descarnados.



lunes, 3 de junio de 2013

MANANTIAL

Imagen tomada de www.escapadarural.com



Reflexión: Se abre un nuevo día y con él, llegan sobrados motivos para dar gracias a la vida. Sólo hay que pararse un poco a contemplar esas pequeñas cosas. Puede que no las veamos a la primera porque estamos acostumbrados a ellas. Pero esto es como dicen los gallegos de las meigas ('brujas'): "haberlas, haylas".


Era un levantar el vuelo luminoso
que hay en mi alma
y descubrir de nuevo que había un hueco
que vibraba desmedido en la plegaria.
Tras la noche oscura,
tras la ceguera de tanto duelo
al que ya no le quedaba ni una lágrima,
tú me miraste
para entregarme ese deseo de vivir que me faltaba.

No me ofreciste garantías,
ni un caminar sereno
con los pies descalzos de la desnuda playa:
no había senderos, ni veredas ya trazadas,
sólo distancia y horizonte,
para fundirme en el latir descompasado de tus albas.

Aún no sabía que tu infinito mar,
por mí velaba.

Y sin promesas de futuro, ni el cobijo de una casa
yo quise verte a escondidas,
y en este amor prohibido, tú te acercabas sigiloso
y era tu amor, el amor que se abre sin pudores al deseo,
que no sabes el cómo ni el porqué, pero te atrapa
y te hace sentir en plenitud una libertad
que, hasta entonces, vivía agazapada.

No fue fácil nuestro encuentro,
y no quería despegarme de la pereza que se siente
para escapar de aquel dolor que no cesaba,
porque sentir mis manos atadas por la herida
era la única pasión que amamantaba.

Te paraste ante mi puerta y la abriste con firmeza
y la luz se fue colando por todos los rincones,
qué diferente es el azul cuando dejamos que se asome
y que inunde con sus tintes las miradas.

No me venciste a la primera
ni me dejé vencer por tu insistencia:
eran mucho más vehementes mis anhelos de escucharme en el quejido,
al amparo de esa niebla que te cubre en sus espinas, cuando te abraza.

Tu voz me llama
y tu voz me suaviza y aligera
y se me hace piel,
una piel que vibra
     y late
  y se estremece
en la caricia y el calor que hay en la amada.

La luna llega cabalgando sin respiro,
ahora tú y yo traspasaremos inquietantes sus fronteras,
para asomarnos juntos en ese hermoso manantial 
donde nacen abiertos y sin miedo ya a la vida, 
los sonidos silenciosos de un poema.


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