ATAQUE DE AMOR

Imagen de las patitas del Bebote por Aida Lorente

A mi gato le da el amor

y me busca de repente y se restriega

y levanta el lomo

y envejece lentamente entre mis horas

al descubrir que es en mi piel

donde quiere pasearse con su hocico y con su boca.

A mi gato le enloquecen

las yemas de mis dedos

y da vueltas y más vueltas y se gira

una vez y otra y otra vez,

mientras aplasta sus largos bigotes blancos

contra el papel y contra el boli

que descubre con palabras ya deformes,

por el roce, este poema.

Me ha cerrado el cuaderno, contundente,

y me hace reírme a carcajadas

cuando veo que su cuerpo rezongón

ha sustituido por completo

papel, boli y poema.

Y es que a mi gato le ha dado un fuerte ataque de amor.

Se me ha subido encima y mientras resignada le acaricio,

pienso que por muy  raro que parezca,

soy ahora yo la que viaja pegada a él

en un mundo de emociones infantiles

que él me entrega,

He dejado a un lado boli, papel y poema

porque ya no me interesan

y es que en el fondo de mi alma sé

que la aventura de un ratito así con él,

de verdad, vale la pena.

EPICENTRO

Reflexión: Hoy es el aniversario. Se cumplen 29 años de matrimonio. El poema que traigo se lo dedico a él. Al Sr. Lorente.

Ser epicentro de tu risa y tu marea
y contemplar cada nuevo paisaje
que me brinda el calor que hay en tus manos.
Puede que simplificándolo mucho,
eso sea el amor verdadero
y puede que se nos escape vivir en él,
porque en lugar de sentirnos,
nos pensamos.

MÍRAME

Reflexión del día: Te invito a que le eches un vistazo después de haber leído el poema. Puede que te divierta la serie de situaciones que te planteo.

Mírame, 
como si fuera el amor lo que nos une,
como si fueran los tiempos pasados
tejiendo recuerdos de sal,
los que se quedaron pegados
en la expresión de nuestros rostros
o en lo que dice la piel de mis manos.
Mírame,
así, sin miedo,
en la absoluta profundidad de los ojos
como si fuera la nuestra
una mirada de esas que en los amantes
son lentas y pausadas,
y que a la vez de una extraña manera
simplemente urgen.
Mírame, mírame sí,
para que la luz de mi alma
pase a ser tuya un instante
y disipe sus miedos y sus ásperas nubes.
Mírame para dejarnos llevar
como si, en efecto, fuera el amor
lo único que nos une.

Reflexión: ¿Cómo se origina un poema? Este de hoy está "cazado a vuela pluma" ¿Es realmente un poema de amor?. Como lector que eres del mismo, te voy a dar a elegir entre una de tres situaciones. Te aseguro que una de ellas es la rigurosa verdad que dio vida a estos versos.

Situación 1.- Estamos en un bar. Un borracho pretende que el camarero lo mire. Sus ojos vidriosos lo buscan y su voz nerviosa le dice: "Mírame... Mírame a los ojos... Yo no estoy borracho".

Situación 2.- Mismo bar. Una joven le cuenta a su acompañante como su madre la ha estado interrogando. La imita con descaro y para ello, toma la cara de él entre sus manos mientras exclama: "¡Mírame! Mírame y dime que no es verdad lo que dicen de ti por ahí!"

Situación 3.- No cambiamos de escenario. En la puerta, un perro totalmente tumbado con el morro pegado al suelo, levanta los ojos para mirar a su amo que está dentro del establecimiento. Su expresiva mirada parece decir: "Mírame y convertiré todo mi aburrimiento y mi espera en alegría".

Una última pregunta: ¿Cambia algo cuando se conoce el verdadero nacimiento de un poema?

Modelo: Dina. Fotógrafía de F.Rubén Becerra