jueves, 23 de enero de 2014

QUÉ TENDRÁ TU NOMBRE

Reflexión. Los libros nos permiten entrar de lleno en otras épocas, en otras mentalidades. Ayer, en un libro de las reglas de la Orden de Santiago, impreso en Alcalá de Henares en el siglo XVI, mis guantes blancos temblaron de emoción. Pude sumergirme en aquella lejana manera de pensar y de ver la existencia. Me encantó el uso de ese "porque" tan abundante en la época. Ahí va la frase: "Haz alguna obra porque el diablo te halle siempre ocupado".

Desfilan las palabras en mi mente
y en mi mente las voy convirtiendo en ti. 
Con ellas dibujo y pinto tu nombre
una y otra vez.
Casi sin darme cuenta, comienzo a tararear
Dibujo de Maua Orma
una melodía tan vieja
que no tiene ni origen ni apariencia
pero sé que también está hecha de ti
porque te veo aparecer en los pliegues 
de esas notas que se parecen al descanso
que hacen las bandadas de los pájaros viajeros.
Tu nombre brota en el color que hay en mis labios,
en mi piel, en todo lo que miro,
en todo lo que existe. Tu nombre.
Siempre tu nombre. Llenando mi espacio.
Recorriendo mi tiempo.
Haciendo que se deslicen en mis manos
las rosas fértiles de algún sueño. 
Qué tendrá tu nombre,
que todo lo hace alegre y muy ligero.
Qué tendrá cuando lo desnudo
lentamente y sin tocarlo,
-qué tendrá, di, qué tendrá-,
que sólo a él puedo confesarle cuánto te amo.

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