jueves, 29 de noviembre de 2012

SI TU DIOS ES EL DIOS VERDADERO

Claude Oscar Monet. Campo de amapolas. 1873




Si tu Dios es el Dios verdadero,
el Creador de todo lo que respira,
de todo lo que se estanca o permanece,
muéstrame su grandeza y su bondad;
pero no me ates las manos en su nombre
ni me escupas en la cara,
porque no podré ver su rostro si no es a través de ti,
en cada uno de tus actos.
Si tu tierra y tu cultura son tan antiguas
que se pierden en la memoria de los tiempos,
consérvala y si quieres compartirla,
compártela conmigo;
pero no salpiques su historia matando
a quienes no saben comprender sus maravillosos tesoros,
porque cada uno de esos muertos
son los que hablarán por ella.
Indícame los caminos que hombres y mujeres
se han abierto más allá de las nubes,
de la oscuridad, de las estrellas,
los que hay en los océanos,
o en los distintos parajes de la tierra;
y si por casualidad,
no quieres que tome el sendero equivocado,
no lo cerques, ni te inventes fuertes muros.
Si no he sabido percibir toda la gloriosa esencia
de aquello en lo que crees,
déjame seguir mi rumbo
y dame la libertad de vivir con mis simplezas.

lunes, 26 de noviembre de 2012

YO FUI

Yo fui tocada por una luz que no deslumbra
que se queda agazapada en los resquicios de un recuerdo,
en las esquirlas de la nieve, en lo pequeño,
en el dolor que me aprisiona, me desvela
y que me traza todo un mundo de penurias.
Yo me bañé en aquellas aguas
que a los ojos del profano parecían siempre turbias
y maquillé mis labios con el jugo de un infierno
que contagió mi voz con el eco de aquella luna fría y seca.
Y fue mi voz como la voz de algún poeta
y se alzaba entre extrañas soledades
que compartí sin miedo ya
con las diosas y las siervas.
Yo fui tocada por la muerte repentina
mientras la vida se empeñaba en mantenerme siempre viva,
me fabriqué un escudo al que llamé frivolidad
para arroparme de cuchilladas que me estallan y me rompen
en el cítrico dulzor de aquellos nombres.

sábado, 24 de noviembre de 2012

A TRAVÉS DE MIS ESPEJOS

Prefiero que camines solamente a través de mis espejos
porque no tendrás ni el valor ni el poder para olvidarme.
Yo te iré formando con los trazos más sencillos
y redondearé o alargaré las líneas de tu cuerpo
a mi capricho.
Te acercarás a mí entre juegos divertidos, por sorpresa,
y sin ningún esfuerzo por tu parte,
sabrás hacerte del color que en ese preciso momento necesito.
Entenderás también así de fácilmente,
lo que se esconde tras mi voz
o lo que dicen mis silencios
porque una caricia de espuma y de piel
recorrerá el camino que nos lleva a cada encuentro.
Sin que lo sepa nadie, 
yo gritaré sin miedos que eres mío,
en este extraño mundo que nos libera y nos atrapa,
mientras tú sonríes complacido y complaciente
sin altibajos, sin chasquidos, 
como cuando te quedas frente al mar interrogante
cuando el mar no dice nada
pero entrega intensamente pura, esa serenidad 
que a todo nos responde.
Serás mi amado, mi fiel amante,
y acudiré a ti como al caer el frío
se acude a la manta o al abrigo.
Abrirás tus brazos para darme consuelo,
para mecerme y darme de este amor, 
que es solamente mío. 








jueves, 22 de noviembre de 2012

UN TRAGO


Fotografía de Aida Lorente




Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo
Joaquín Sabina



Bebí del vino y de la piel de otros poetas
buscando cómo hallarte entre sus versos,
un trago para recordar en su sabor,
el sabor de cada uno de tus besos,
Pero era como si no nos hubiésemos conocido nunca.
El dorso del amor tiene la palidez de la muerte
y arrastra por su cauce a una distancia dolorosa y muda
a una distancia que no puede ser olvido,
que tiene mucho de incertidumbre y duda.
Y así seguí bebiendo hasta emborracharme
de un viejo y amarillento papel impreso.
Qué inútil fue. Creí que en los poemas me salvaba,
pero me faltaba la música y la herida de una piel,
el pálpito de un pecho enamorado
y seguía siendo como si no nos hubiésemos conocido nunca.

martes, 20 de noviembre de 2012

Y YA NO IMPORTA

Y ya no importa cuál de los dos se había ido
o quien quedaba
éramos los dos el aroma de una ausencia vieja,
tan vieja como la soledad del hombre;
y éramos exiliados del amor y sus penumbras.
Y ya no importa quién o cuándo,
si el desdén acuchilló nuestras miradas;
si los dos, olvidamos de repente el sabor
de aquel abrazo, -siempre el mismo-,
que nos hacía sentir con plenitud
la sonrisa de las almas.
Y ahora que no estás, te pienso más,
te respiro más y más
hasta que llegas a hacerte parte de mi canto.
Si soy más de ti,
si tu eres todo lo que arrastran mis recuerdos,
puede que sea verdad,
puede que ya no importe demasiado,
quién de los dos nos arrancó de cuajo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

PENÉLOPE

Niebla,
una niebla redonda y gris
y el zumbido insospechado de la duda.
Un momento de nostalgia
y tu rostro se me borra,
como el vaho va borrando la ilusión de los espejos.
pero quiero creer que sigues aquí, tan a mi lado,
que un estremecedor escalofrío de ternura
recorre bruscamente los paisajes de mi espalda.
Sí. Quiero creer y, sin embargo,
tu silueta se me ha convertido en una extraña
a la que apenas reconozco.
Niebla, niebla, niebla.
Una niebla poderosa va ocultándome la fe por los reencuentros.
En las tardes alargadas por la espera
ya he tejido con tu ausencia, para el alma,
una oscura soledad y una tristeza silenciosa y sin contornos;
ya he tejido con el tiempo, para mis ojos,
un desdén inmaculado hacia las lágrimas.
Todo lo que deseo es poderte ver entre mis sueños,
pero simplemente encuentro niebla,
una niebla redonda y gris
que me hunde en esta certeza a la que no puedo darle un nombre.

Olga Becerra


miércoles, 14 de noviembre de 2012

CON SUSURROS

Día muy largo y complicado. No ha sido nada fácil. Hoy me he sentido orgullosa de mí misma. Sin alardes. Sin ruidos. Simplemente he escuchado mi voz interior y he dejado que fuer ella la que guiara mis pasos.
Cuando escribí este poema, me sucedió algo parecido: no estaba bien visto que una mujer joven escribiera cosas así. Pero aquí está.

     Con susurros
vas tiñendo todo el aire de mi estancia,
me traes en tu sonrisa
melodías cantarinas de agua fresca.
Traes de ese sol de la mañana,
algún rayo hasta ni puerta.
Traes la brisa, blanca brisa, en el roce de tu aliento,
pura esencia musical, ambrosía de fonemas.
     Con tus dedos vas trazando partituras.
Me haces tono imprescindible en tu poema
y en la arcilla temblorosa de tus manos,
soy de tierra, limpia tierra que renuevas.
     Con susurros
vas mostrando cada rasgo de mi alma.
Soy ya el barro
que los dioses arrastraron a ser vida.
Soy ya el tacto
que se funde entre las yemas de tus dedos
y, en la albina tozudez de las líneas de tu piel,
soy tu trueno y tu tormenta
     El milagro se ha fraguado a golpes densos.
La memoria está despierta.
De tus labios han surgido las escalas musicales
de un antiguo paraíso
y el reflejo empedernido de su eterna primavera.

lunes, 12 de noviembre de 2012

MALTRATADA

Reflexión. Como en días anteriores, sigo reivindicativa. Eso es todo.


Un chasquido largo y el humo grita mi nombre
mientras sacude sus espesos brazos
en estos jirones que a la fuerza alguien le ha zurcido al cielo.
Me cuesta respirar, en un infinito que se hace más delgado
y más incomprensible que la niebla.
Soy la mujer maltratada, la que yace muerta a tus pies,
la mujer solapada que olvidó su ser
tras un calendario opaco y gris como la noche.
Yo le tuve miedo al llanto como le tuve miedo a ese aire
que siendo de los otros, se hacía mío.
Y el miedo aún me sale a borbotones por el cuerpo amortajado.
¿Era el miedo quién cortó mi lengua?
Grité con rabia y con dolor.
Todo era quietud. Todo era silencio.
Un silencio roto por el grito aquel
Y el mismo silencio que cerró mis ojos, que paralizó mis manos,
se fue derramando turbio y frío por mi espalda.
No lo quieres ver, yo sé que no lo quieres ver,
pero, aún después de muerta, late por mi piel una pesadilla.
Me cuesta tanto, tanto, respirar
y yo sé que todavía eres incapaz de comprender dónde habita mi inocencia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

ME MANCHÉ LAS MANOS



Me manché las manos
y fue el agua purificadora y tibia
la que limpió mi piel.
Entre mis dedos se deslizaba gota a gota
y la retuve entre las palmas
como jugando a sujetar el tiempo.
Era lo espontáneo,
la imprevista decisión
de convertirlas en algo diferente,
en algo parecido a un simple cuenco.
Avecillas y palomas podrían beber sin temor
en mi improvisada y pequeña fuente.
Cuando se me mancha el alma,
es un dolor profundo y sombrío,
misterioso, sin eco en su silencio,
una mañana triste y larga en la que no amanece.
Cuando se me mancha el alma
no hay agua que la limpie,
no hay nada entre mis manos
y en mi garganta se queda el grito de terror
ahogado,
desnudo,
como se queda el ser ante la enfermedad,
ante su propia muerte.
Entonces llegan ellas, las palabras,
que me enredan en su cuerda
y yo me quedo absorta en la pequeña luz
que se cobija en sus fonemas.
Me estorba todo y no quiero verlas.
No les importa. Ellas insisten.
Revolotean  y brincan a mi alrededor
caprichosas, bravuconas, 
inocentes, saltarinas, descaradas,
ilusorias, aventureras, muy coquetas,
soñadoras.
Y no sé cómo ni cuándo,
porque todo es repentino y simple,
como un prodigio, porque casi sin notarlo,
ellas me salvan. 


viernes, 9 de noviembre de 2012

ME VOY A SONROJAR CUANDO TE DIGA

La tristeza por los últimos acontecimientos sigue ahí. Las reivindicaciones expresadas en las últimas entradas, también. Pero hoy he tenido la necesidad de aligerar un poco la carga. Un pequeño descanso para la sed de justicia en forma de ¿soneto? (Que me perdonen los grandes maestros...)

Me voy a sonrojar cuando te diga
que te intento olvidar aunque no puedo,
que tu nombre en mi boca es un enredo
y el nudo del enredo me castiga.

Me voy a sonrojar cuando te diga
que te quiero alejar pero me quedo,
prendida de tu ser sin ningún miedo,
sabiendo que en tus juegos soy de intriga.

Muchas veces parado ante mi puerta
dejaste en el umbral la bella rosa
y siempre te hice ver que la ignoraba.

Le decías a mi amor, ¡venga despierta!,
mirando en mi mirar el de una diosa
y yo desde el desprecio, ya te amaba.

jueves, 8 de noviembre de 2012

LA VERDAD





    Mía, mía,
    quisiera hacerte mía
    como el alma hace suya la belleza;
    como la mañana hace suya la luz;
    como las olas hacen suyas las espumas.
    Mía, mía.
   Como cuando la estela del amor
   nos fluye gota a gota por la sangre
   y se hace música de flauta en nuestros labios.
   Así, mía,
   como una humilde transparencia,
   o como la soberbia cresta de la aurora;
   dulce y sutil como los pétalos más tiernos
   o tortuosa como un laberinto de tinieblas.
   Mía,
   haciéndome de escarcha o de jirones
   pero desnuda para siempre en mi memoria.

martes, 6 de noviembre de 2012

CUANDO EL AMOR SE VA




Cuando el amor se va,
deja un regusto amargo en cada una de sus huellas.
No hay amparo en el recuerdo
y tampoco se encuentra consuelo en el olvido.
La noche parece derramar lágrimas en lugar de estrellas,
y el silencio se convierte en un inmenso caudal
que desborda barro y lodo en los sentidos,
ahogándolos en su propia nostalgia.
Cuando el amor se va,
es como si se marcharan de repente
todos los cantos,
todos los trinos y danzas de la tierra.
El tiempo, que nos mira irónico
como si fuera un ser pegajoso y lento,
se hace plenamente humano,
un ser que se aferra a nuestro espíritu
obligándonos a mirar
a través de su lente deforme y opaca
para descubrirnos al desnudo,
la demacrada imagen de nuestros propios despojos.

domingo, 4 de noviembre de 2012

PENUMBRA

En este pequeño rincón del planeta marcado por la reciente tragedia del Madrid Arena, se presenta la mañana triste y gris. Llueve. Es como si todo quisiera envolverse de luto y pena. Ayer murió la cuarta niña.



Yo pude escuchar una voz profunda
que llegaba desde el mismo centro de la tierra;
yo pude sentir ese latido
que se esconde en la raíz del tiempo;
y pude ver, alguna que otra vez,
el rostro de un poema.
Y deslumbrada por aquella perfecta sencillez
fuí de armonía.
Poco después, mi corazón se quedó
en la más completa de las penumbras,
cuando quise escuchar las voces de los hombres;
cuando sentí los latidos
por los que se mueven y caminan;
cuando vi en sus rostros
el inmenso charco de la envidia,
cuando vi en sus manos
el puñal de la ambición segando vidas.


sábado, 3 de noviembre de 2012

TORMENTA

Diferentes acontecimientos de la última semana, me han hecho recuperar un poema que nunca me gustó demasiado. Hoy lo he revisado para retocar parte de su forma y darle matices al contenido. Este es el resultado que, no sé por qué, me sigue irritando bastante. Así que no os extrañe si lo sigo corrigiendo sobre la marcha.

No vengo a despertar la voz de tu conciencia,
con levantar la mía ya tengo suficiente.
No vengo a salvarte de un mundo gris e indiferente,
busco mis propios colores
y, a decir verdad, pocas veces los encuentro.
No vengo a decirte que creas en algo
o que tengas la llama de una ilusión siempre encendida
porque yo misma, a veces, desfallezco
y saco la sonrisa de este cieno
en el que, aún sin quererlo, me veo metida.
Si canto al amor, es al amor que siento
y si canto a la rabia es porque la rabia me sale a borbotones.
Tal vez porque el poeta sólo tiene palabras y corazón,
un corazón triste y solitario
que le hace meter la pata demasiadas veces.
Todos los humanos tenemos una flor, llámala vida,
que nos ofrece siempre aromas diferentes,
que nos atraviesa sin piedad con cada una de sus amargas espinas.
Y todos tememos que se desate la tormenta,
la tuya puede ser Dios,
un recuerdo obsesivo,
una oportunidad truncada,
o puede que se llame amor
-ese amor que no supiste dar o recoger a tiempo-,                                
un deseo insatisfecho o... 
simplemente es el complejo que te anula o que te aísla
que se hace de escara siempre abierta en la memoria.
Pero tal vez, tu tormenta sea de deseos que abandonaste
en aquel pequeño escondrijo que no quisiste volver a mirar
como si así no existieran.
 (La burbuja protectora,
te envenenaba de falsas nubes de algodón
que mullías tembloroso desde tus propias mentiras).
Pero la tormenta está ahí, y no sabes ni cuándo, ni cómo
de repente, se desata y en todo tu ser se reactiva.
Y su regreso es voraz, 
se acelera hasta dejarte de esparto,
seco de lágrimas y ahogándote en tu propio aliento.
Y sólo aciertas a ver que, con el paso de los años,
esa tormenta es más diabólica, 
es más cruel porque conoce tus entresijos,
para hacerse mucho, mucho más dañina.

viernes, 2 de noviembre de 2012

ESE DOLOR

Es mi homenaje para las muchachas que murieron ayer en el Madrid Arena.
Una de ellas, Catia, era compañera de canto de mi hija.
No tuve el valor de ir al tanatorio. Pero sí lo tengo para pedir a la Administración, desde este pequeño espacio, que no mire para otro lado, que se aclaren los hechos y se busquen responsabilidades.
Las familias necesitan saber la verdad. Si hay culpables (que los hay): que paguen por lo que han hecho.


El dolor por la muerte de un ser querido
se te engancha en las entrañas
y tira de ti
y respiras en él
y a él te entregas.
Es un dolor que ensombrece la mirada
que te atraviesa la piel
que se abre paso por la carne
y llega al alma.
Y cuando llega allí, cuando llega al alma,
se sacude y te envenena
con un frío y unas sombras que no entiendes.
Sin refugio, sin abrigo
vas caminando por él hacia la ira,
hacia las lágrimas.
Ese dolor de la ausencia, del vacío,
es el estallar de un zarpazo,
es el saber que produce esa herida
cuya sangre no se ve,
pero sabemos de su silencio que cruje,
nos anula y nos desgarra.


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