moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo
Joaquín Sabina
Bebí del vino y
de la piel de otros poetas
buscando cómo hallarte entre sus versos,
un trago para recordar en su sabor,
el sabor de cada uno de tus besos,
Pero era como si no nos hubiésemos conocido
nunca.
El dorso del
amor tiene la palidez de la muerte
y arrastra por su cauce a una distancia
dolorosa y muda
a una distancia que no puede ser olvido,
que tiene mucho de incertidumbre y duda.
Y así seguí
bebiendo hasta emborracharme
de un viejo y amarillento papel impreso.
Qué inútil
fue. Creí que en los poemas me salvaba,
pero me faltaba la música y la herida de
una piel,
el pálpito de un pecho enamorado
y seguía siendo como si no nos hubiésemos
conocido nunca.
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