domingo, 30 de septiembre de 2012

PORQUE NO PUEDO DEJAR DE PENSARTE



Porque no puedo dejar de pensarte
y ya siento que, a golpe de recuerdo,
tu memoria se ha borrado.
Lo que diera, no lo sé, por ese instante
tan pleno de pureza
que estancaba el corazón de lado a lado
y expulsaba hacia el mundo sus latidos.
Lo que diera, no lo sé, por retenerte a chorros
siendo un algo de mi piel, hueso de lágrima;
o tal vez, mejor, por liberarte de esas sombras
tan complejas que te anudan
a esta broma inverosímil que es mi pasado.
Difuminas hasta el aire que respiro
y aún no sé los porqués de tanta espera,
ni los dóndes de papel que voy dejando.
Y no puedo dejar de recrearte
aunque busque y rebusque entre esos nuncas
o en los restos de ceniza, tus silencios.
Puedes ver como mata la distancia
si en tus ojos no me miro
y tus manos han perdido la tibieza de mi roce,
ya soy de grieta
una grieta que se alarga con tu nombre.
Porque no puedo dejar de pensarte,
lo que diera, no lo sé, por ser tu sueño.


jueves, 27 de septiembre de 2012

LA NOCHE (Soneto)

Imagen tomada de la Web



Reconozco que me gusta expresarme en verso libre, para  ello siempre busco un ritmo en el que "floten" las palabras. Pero mi formación es clásica y en algunas ocasiones me da por componer sonetos. No me tengo por buena. Pero lo sigo intentando.
El que hoy os muestro es antiguo y creo que ha sido publicado en más de una ocasión.






    Melodía acallada del soneto
su sombra solitaria cuando reza,
profana -entre lo ufano y lo secreto-,
altiva y generosa en su simpleza.

   Cayendo va en la tela del boceto,
imprecisa -con alas de pereza-,
tan curiosa y sedienta como un reto,
sin contornos que enturbien su belleza.

  Y la hembra, destilándose con furia,
provoca efervescencia en los sentidos
e invita a caminar por su mirada.

  Su cuerpo insinuante es la lujuria
de un sueño que se ampara en los olvidos,
de un sueño que confunde ser y nada.


MI POESÍA

Imagen tomada de la Red



No me duele la soledad,
porque, desde lo más profundo, la amo.
Lo que de verdad duele
es como me hicieron llegar hasta ella.






Mi poesía es un nudo que se alarga
como el dolor o la distancia,
como la espera de lo que nunca llega,
y su piel es una piel arrugada y menuda,
una piel que se quemó en el umbral de algún infierno,
de esos que se asoman en las tardes otoñales,
tímidos como los arpegios
en los labios resecos de algunos poetas malditos.
Mi poesía es como un racimo de nostalgias,
y se parece a esa leve imprecisión
que la niebla arranca sin piedad de cada cuerpo.
Si es enjambre o es locura, no lo sé,
pero su canto, cuando se me abre en las entrañas,
cuando me llora corazón adentro,
termina haciéndome libre,
igual que me hacen libre
los silencios, la soledad y la tristeza.
Mi poesía es como el humo
que se olvida y que se aleja
y que va ascendiendo ligero, porque ella es así,
ligera, aunque pese como el temor,
como el acecho de algo remoto
que no se llega a comprender aunque se nombre.
Crisálida o mariposa
tallada a golpe de recuerdos y de aromas,
o un puente de hierba esperando la caricia
de unos pies descalzos, no lo sé;
pero sabedlo todos. Sabed que ella me llama.
Porque ella es como la rosa que reclama tener espinas,
o como el casto y profundo silencio azul
exigiendo desplegar el vuelo de las aves.
Ella me llama desde un extraño sopor
y me arrastra con su melodía de vino y derrumbe
a la polvorienta morada de su vientre.

MUSICALES SOMBRAS


        Musicales sombras se van esparciendo
y trepan por mis ojos adormecidos
burlonas y risueñas.
       Y acuden a mi piel que con su contacto tiembla
y a mi alrededor todo canta o gime
como si formara parte de una sinfonía
maquiavélica en su dolor
pero gozosamente extraña.
       Repentinamente, todo estalla
y cruje
y se rompe
y se rasga
como se rasgan los amantes cuando aman.

       Bate sus alas un colibrí
ante un sol aceitunado;
mientras, se van dejando caer por los espejos
con la suavidad de algunos castigos olvidados,
los murmullos soñadores de un poeta.

       Silban las auroras con cantares nuevos
mientras los ocasos musitan ese otro arrullo
que se queda dentro,
tan profundamente dentro
como se queda el alma del mar
en la caracola.

       Solitaria isla de terruños falsos,
roqueríos grises,
cenicientos hados,
tan ciegos caminantes como la misma noche
van guiando a tientas
mi quehacer diario.

       Entre tanta niebla, se distinguen ecos,
un caer de hojas,
un rozar de manos,
el dulzor ansiado de un cruzar de bocas.

       Musicales sombras,
pan de mis arpegios.


martes, 25 de septiembre de 2012

TU PIEL ME LLAMA

En tus ojos aparece el brillo del amor,
tu piel me llama
y la noche se queda muda
contemplando el inquieto esplendor de nuestras sábanas.
Y quisiera tenerte más cerca
para decirte eso que tú y yo sabemos
y que produce una extraña sensación de cosquilleo
porque es la sed del alma.
Ven,
escucha como nuestros latidos
se escancian lentamente en la copa del deseo,
escucha el gozoso dolor
que se abre en los silencios.
Ven,
ven a beber de la mágica desesperación
de los anhelos,
sorbo a sorbo, trago a trago,
dedo a dedo,
emborráchate de mi,
sumérgete en mi sueño.

domingo, 23 de septiembre de 2012

A YOLI


Este poema fue censurado.
Pensé que podía leerlo en un acto público de los muchos que se celebran contra la barbarie machista (hay quienes prefieren decir "violencia de género").
Solicitaron mi presencia. Cuando hablé de la posibilidad de mostrarlo, me dijeron que ya estaba el programa cerrado y que me tenían preparado un texto.
¿Sólo les interesaba mostrar mi dolor y mis lágrimas? Está claro que no acudí a aquella farsa.

Hoy 24 de septiembre sería su cumpleaños.
Quisiera dedicarle, esté dónde esté, aquella hermosa canción, interpretada por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, que tanto nos gustó compartir cuando todavía podíamos.

http://www.youtube.com/watch?v=wDQjDIxKeSA


La pena de muerte me la han aplicado a mí, siendo inocente.
A mi asesino le amparan el artículo 9.3 de la Constitución,
la presunción de inocencia,
la búsqueda de atenuantes y una buena conducta carcelaria.
Y seré, sin ser, un número más en las noticias;
un caudal de lágrimas rotas, en la rabia y la impotencia;
algunas cadenas perpetuas unidas
a la emoción de mi recuerdo en los que me amaban.
Y seré sin juicio, para los que no me conocieron,
la única culpable por no romper el círculo
que me mantenía maniatada.
Un aullido de perros 
se dibuja en mis entrañas,
a mi asesino hoy, 
le mudaron las sábanas blancas. 


INSTANTÁNEA


Apenas me quedaban fuerzas
y recosté mi pecho en la nostalgia.
Mi voz se fue debilitando poco a poco
y el corazón me pareció entonces
un triste y pequeño juguete estropeado.
Pensé que podría contar
cuántas veces me hicieron daño,
pero preferí contar estrellas.
Después pensé que podría decir
todo lo que silencio y callo,
y seguí prefiriendo
ese otro silencio cálido de las estrellas.


LA JUVENTUD PERDIDA (a mi amigo Rubén)


Llamé al dolor de la esperanza una y otra vez,
como quien dice el nombre de un mar en el desierto,
y busqué la flor seca de aquel libro
y la noche del beso y del canto profano a la vida
que el azul arropaba en las tapas desgastadas de esos versos.
Pero la esperanza callaba
y el color del otoño fue vistiendo una por una todas mis palabras
con el mismo color que termina cubriendo nuestros rostros.
Y Rubén era prosa en un ordenador rutinario y triste
y Rubén era horarios,
juguetes esparcidos entre ropa y arrugas,
y una cuenta bancaria que nunca se saciaba.
¿Dónde estará la princesa?
¿Dónde, delicada y sutil, escondió su tristeza?
¿Dónde las notas de aquel ritmo infantil
que llenaba su boca?
Y Rubén se quedó para siempre atrapado,
zurciendo a la noche el amor
en la estantería del olvido.


viernes, 21 de septiembre de 2012

ATARDECER EN AGRA



Un fotograma retocado en un atardecer cualquiera,
me hizo detener, aunque llevaba prisa.
Más que conocida, familiar, la voz me amamantaba
y una inquieta serenidad, paradójica y cercana
susurraba.
Viajero de otro tiempo,
¿qué he olvidado que me lleva a ti?
Sólo sé que te llamas Agra
y ni siquiera sé situarte en un antiguo mapa.
¿Dónde vi tu resplandor y sentí deslizarse mi capa?
Un ropaje pesado. Hacía frío.
Pero nada me detuvo porque iba a él,
al amor prohibido.
Es tu piel mi camino,
se ha hecho mi vereda y mi destino.
Te haces dueño de mis hombros, de mi cuello,
te haces dueño de ese beso dulce
por el que los dos sabemos simplemente
que existimos.
Regresar a los brazos del amante,
a ciegas.
Una noche. Hacía frío.
Se despierta el corazón dormido
y tu sombra vuelve a mi, me reconforta.
Volveré a verte caminando sonriente
como aquel anochecer de invierno en Agra.

lunes, 17 de septiembre de 2012

SEDUCCIÓN

                    I
La noche estalla sin pudor
como estalla lo rojo en la amapola,
como estalla lo oscuro en la ceguera.
Noche que salpicas seducción,
no te detengas,
que la sangre se agite entre las venas
chispeante hasta la cólera,
que emerja saciando el desvarío 
de la bestia.

                                                                                                 II
La luz fatigada, la voz del silencio
corren por la estancia con desasosiego.
Has desdibujado mi piel en tus dedos,
soy caos y maraña de este claro ensueño.

Inundas mis labios con caudales densos
mientras los ocasos van llegando lentos.
Flotan los paisajes que llevamos dentro
como inquietas aguas llenas de reflejos.
Llévame a las tardes que devoran cuerpos,
a la sombra larga que pintó el deseo.
Llévame a tu piel, llévame a tus besos,
rompe sin reparos, mi cansado aliento. 

Imágenes tomadas de Internet


jueves, 13 de septiembre de 2012

LIBERTAD

Libertad guiando al pueblo de Eugène Delacroix, 1830

Poema galardonado con un primer premio en Conil (Cádiz). 
Corría el año 2001.




Allá donde talaron las piernas al futuro,
donde el silencio es oro por tanta falsedad,
donde la noche es hambre y el día es miedo puro,
donde los hombres matan y es ciega la piedad.

Allá donde las hieles refugian tras su muro,
donde las albas lloran sin ver la claridad,
donde las mentes luchan y topan con lo oscuro,
donde las manos sucias enseñan su verdad.

Allá donde pusieron la esperanza en conserva,
donde el tiempo destila crueles culturas santas
que atrapan a sus gentes con yugos de lealtad;

allá donde los pueblos son la especie en reserva
y la injusticia oprime con fuerza las gargantas,
allí fue asesinada la diosa Libertad.







martes, 11 de septiembre de 2012

HOY QUISIERA

Hoy quisiera volar a esa nube,
a esa tierra, quizás sin orilla,
a esa hoja del árbol que aún tierna,
va creciendo sin pausa ni prisas,
como dejándose llevar de una extraña pereza.
Hoy quisiera ser otra persona
y añorar lo que fui, lo que tuve,
y sentir la nostalgia en las cosas,
reteniendo el pasado tan cerca
que pudiera oler de su aliento y su roce.
Pero soy lo que soy y me pierdo
en mi mundo poblado de espinas
donde un pétalo parece que escupe,
donde me hacen feliz los infiernos terribles
-de los otros- porque me hacen sentirme más viva.
Ya no sé lo que es bueno o es malo
y me pongo a escribir aunque dude
si a esas musas les sirvo de sombra.
Y no sé si perplejas se ríen
de mi afán por llegar a su boca
o si, al verme, cansadas suspiran
versos tristes y rompen sus notas...
-aunque creo que poco me importa...-
Ya no sé si hay verdad que perdure,
si esto es obra de un cuerdo alocado,
si mi azar lo ha dispuesto un escriba
que, aburrido, va girando mi rueda
y la para cuando quiero que gire.
Hoy quisiera perder la memoria,
ser ingenua, perpetua, inocente
y gozar de la fruta prohibida
-la palabra-,
regresar a mi cuerpo,
a este cuerpo doliente de hembra
y volver a escribir tras perderme
en los sueños tortuosos
tras mi mágica nube.


TE QUIERO ASÍ

Te quiero así, sin fatiga, sin esfuerzo,
como quien contempla una puesta de sol
y, casi sin notarlo, se sumerge en sus alas de colores;
y te quiero porque sí, como se quiere la caricia
de la luz que nos invade en las mañanas,
como se quiere el trino de este azul que nos respira;
como se quiere el verde intenso de los prados,
cuando se asoma fragante y liberado en la memoria.
Y me sale quererte tan fácil, tan fácilmente,
como al viento le sale correr de madrugada,
como al mar le sale el paisaje sereno
cuando se desnuda despacito en la silueta de sus playas,
o como a la lluvia le sale la canción de la nostalgia.
Y me sale quererte desde dentro y desde fuera,
sin ataduras, libre, tan libremente,
como los parpadeos nocturnos de una estrella.




EL POETA

Fotografía de la autora

A mi padre 

Es huérfano de amor hasta en los huesos
y es niebla en sus razones más profundas,
ficticio, se columpia sin careta
y lleva el desafío en sus caricias
que siempre se desatan sin clemencia.
No busca caridad ni la amamanta
y, aun siendo todo un sabio en infortunios,
es necio, es insolente y nunca juzga,
tan sólo es la invención de una plegaria,
una plegaria vieja como el mundo
y arcaica como el sol del mediodía.
La duda y el infierno en una mano,
y en la otra, la imagen de un absurdo paraíso
que pierde casi siempre en la partida
o esconde sin saberlo entre sus poros.
El pálpito infeliz de su mirada
alcanza plenitud en el vacío
palpando la imposible paradoja:
la vida, la muerte y los delirios;
la fiebre del amor y sus reversos.
Y es carro del exilio, es abandono
del sueño que persigue y nunca obtuvo.
Y es noche, soledad, pánico y sombras,
juguete de pasión y de tormentas,
anónimo desdén de cuanto es oro
henchido en su perfil de vanagloria
Confunde tanto piel como tristeza
y así su desaliño es pura magia,
que arranca perversiones e inocencias
en todo cuanto rozan sus palabras.
Y cree ser soñador con mala suerte,
filósofo indomable, adolescente,
o un pobre charlatán que a todas horas
derrama sangre y canas en su intento
de ver llegar la luz de tanta espera.
Su vértigo es imposible de saciar
pues tiene un hambre pertinaz de Dios,
y es Dios quien se le escapa en los murmullos
que invoca desde el mar de su desdicha
pletórico de amor mal entendido.
Y es Dios la frustración de su garganta,
el eco que trasciende en los fonemas
que roba sin piedad de cada alma.

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