La
noche estalla sin pudor
como estalla lo rojo en la amapola,
como estalla lo rojo en la amapola,
Noche
que salpicas seducción,
no
te detengas,
que
la sangre se agite entre las venas
chispeante
hasta la cólera,
que
emerja saciando el desvarío
de la bestia.
II
La luz fatigada, la voz del silencio
corren por la estancia con desasosiego.
Has desdibujado mi piel en tus dedos,
Inundas mis labios con caudales densos
mientras los ocasos van llegando lentos.
Flotan los paisajes que llevamos dentro
como inquietas aguas llenas de reflejos.
Llévame a las tardes que devoran cuerpos,
a la sombra larga que pintó el deseo.
Llévame a tu piel, llévame a tus besos,
rompe sin reparos, mi cansado aliento.
Imágenes tomadas de Internet
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