viernes, 6 de diciembre de 2013

SENCILLAMENTE SERENIDAD

Reflexión: Es difícil crecer física, mental y emocionalmente de manera equilibrada. A veces, algo se nos queda atrás o nos deja maniatados ante un dolor profundo que no podemos superar por más que lo intentemos. Este poema es fruto de la realidad. Lo que pudo ser una acalorada discusión se fue diluyendo por la llegada de una serenidad inesperada que se convirtió en la más fiel de la aliadas de todos los protagonistas de la historia. Fue el pasado miércoles por la tarde. Cinco personas comieron en la misma mesa y de repente, saltó la chispa...

Te llamé despacio, serenidad,
como conjurando el prodigioso aletear de tu presencia.
Mis labios se hicieron sílaba a sílaba de tu esencia
hasta convertirse en tu pronombre,
en el pequeño destello que sólo sobrevive
en la transpiración de algunos versos.
Y así te abriste un espacio entre nosotros poco a poco,
sencillamente, 
con la maravillosa sensación de la llegada mágica de las hadas
o de la flor silvestre en primavera.
Humilde y llana tomaste de la mano aquella historia,
nos fuiste sonriendo a casi todos los presentes
mientras con dulzura nos deslizabas hacia ese final
que nadie se esperaba
un final sencillo, plácido y sorprendente.

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