lunes, 13 de mayo de 2013

HAY DÍAS


En este cansancio viejo y demacrado
la ofrenda quedó profundamente dormida
como el sueño que te toca y que te olvida
convertido en pura dejadez de la memoria.

Hay días que se parecen a las malas propinas
y me dejo caer en su ausencia de latido
y todo parece un largo bostezo.
Yacían las sombras en mitad de aquel verso.
Hay días tan densos que nada sonríe.
Hay días que esperan la espera del tiempo.

Días aciagos con rostros de pena.
Sus flores marchitan las manos serenas.
Hay días que vuelan sin sueños, ni vida.
Me miro perpleja, yo soy de ese espejo
la imagen que mueve mi voz sin palabras,
la que unta sus canas con un tinte añejo.
Colores y formas, parecen idénticos
y en el iris sus ojos preguntan
y en la respuesta una piel, surcada de arrugas,
sonríe amarguras desde su sepulcral silencio.

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