Fotografía de la autora |
No huele el náufrago como la rosa
cuando en ella es la muerte la que reza
y es la vida sobre él, la que se posa.
Oh pétalo abatido, ya eres cosa
inerte y sin sentido en tu simpleza,
frente a ti, se alza el hombre que hoy empieza:
ganas tú, que por siempre eres la hermosa.
Cuántas veces engaña la apariencia
y nos muestra la mente falsedades,
nacidas de la lógica o la ciencia.
Cuántas veces, en nuestras soledades,
evitamos vivir una experiencia
por miedo a conocer otras verdades.
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