miércoles, 30 de julio de 2014

HACE TANTO TIEMPO QUE NO SÉ DE TI

Hace tanto tiempo que no sé de ti,
pero ya ves que antes de ponerme delante de estos versos,
mi memoria te recorre y te lleva y te trae con nostalgia
y olor a tierra mojada, a hierba fresca, pero no quiero más rayos 
ni quiero saber que fuera, ahí afuera, ruge la tormenta.
He acunado a un niño de piel morena,
niño que ya no late, ni sabe que ya no podrá volver
ni a la escuela, ni a los juegos, porque sólo le abro los brazos yo
y una oscura tumba abierta.
Pero yo no sé de ti y grito para que todo el mundo lo sepa.
Me hace daño este niño que descansa sobre mi pecho,
este niño que ya no puede andar, que no sabe de alegrías, 
que no juega.
¿Por qué no vuelves? ¿Por qué no llenas de aquel silencio las esferas? 
Llévate al niño muerto, llévate lo que no me consuela y trae de nuevo
la esperanza de otros niños, de otras risas, de otras cometas que ríen 
mientras vuelan...
Pero llévate las bombas, los misiles, el grito desgarrador y la miseria... 
Llévate la suciedad de los cuerpos, el miedo y mis tinieblas...
Responde pronto, no tengas excusas, querida paz,
hoy puede ser que otros niños, como éste que descansa en mi regazo,
no sepan despertar a la vida, como no saben despertar tampoco,
las malas conciencias.
Imagen de Maua Orma

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