Reflexión: El amor lo convierte todo en armonía y sencillez, pero tendemos a complicarlo todo. Me paseo por la silueta de algunas de sus emociones y me siento bien. La modalidad de amor-pesadilla, no debería existir. Pero si existe, no creo que sea amor ni que se asemeje a la más deforme de sus sombras.
¿Qué nombre tendrá tu rostro a la caída de la tarde?
Un gato triste recorre los tejados.
La armonía se acurruca en mi regazo,
me besa los párpados cerrados
y se instala dulcemente en todo cuanto amo.
Al pensarte, te enciendes y te hago mío,
te hago real y en un trozo viejo de cartón
te escribo una historia que no llegará nunca a ti
porque te prefiero así,
mirándome en las huellas de tus pasos.
No quiero entrar a formar parte de tus miedos
o de tus posesiones, o de tus fracasos.
Te prefiero así, sintiéndote como luz o como hambre,
pero mío, sin perderme en las migajas de lo que crees amor
y sin herirme con el filo de tus estúpidos escudos protectores.
¿Qué nombre tendrá tu rostro a la caída de la tarde?
Un gato triste recorre los tejados.
La armonía se acurruca en mi regazo,
me besa los párpados cerrados
y se instala dulcemente en todo cuanto amo.
Al pensarte, te enciendes y te hago mío,
te hago real y en un trozo viejo de cartón
te escribo una historia que no llegará nunca a ti
porque te prefiero así,
mirándome en las huellas de tus pasos.
No quiero entrar a formar parte de tus miedos
o de tus posesiones, o de tus fracasos.
Te prefiero así, sintiéndote como luz o como hambre,
pero mío, sin perderme en las migajas de lo que crees amor
y sin herirme con el filo de tus estúpidos escudos protectores.
Olga Becerra
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