martes, 24 de septiembre de 2013

24 DE SEPTIEMBRE

Otro 24 de septiembre sin ti. He procurado estos días hacer muchas cosas para evitar pensar. Me he dedicado a ir y venir sin demasiado rumbo, sin demasiado sentido. Para no pensar. Qué tontería. Es tan difícil. Todo ha cambiado tanto... y tú como parte de mi pasado, cuando siempre quise que tuviésemos un futuro juntas. Te sigo llevando conmigo, no sé hasta cuándo. Pero estás conmigo.


Cabalga una dama vestida de blanco.
Los cabellos largos.
El sol la ilumina e ilumina el paisaje.
Su belleza se irradia en el verdor de los campos.
Un río discurre con cierta elegancia,
parece plácido. Sus aguas recuerdan
la inocencia y la risa.
Un río que no sabe muy bien
si el terreno es abrupto o es llano.
             (Aunque no es algo que deba preocupar 
             en exceso a los ríos)
Aves en el cielo.
Y en el suelo el continuo compás de los cascos.
Cabalga una dama. 
Su vestido es tan blanco...
Ha pasado a mi lado. Y se para un instante.
Y me mira.
Un instante que ha quedado por siempre 
grabado en mi alma.
Un instante por el que mi alma se sabe a sí misma.
Ese blanco es tan blanco que me hace sentir muy distinta.
Esta noche soñé.
Y en el sueño hubo un dulce mirar.
Una dama vestida de blanco.
Y yo recuperé a través de sus ojos,
toda mi esencia de niña.

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