sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
WALT WHITMAN
No te dejes vencer por el desaliento.
¿De qué color serán mis movimientos?
Escucho recitar a Walt Whitman
La poderosa obra continúa.
Tú puedes aportar una estrofa.
Pero sigo sin saber qué debo hacer
porque todo me parece demasiado raro
o demasiado lejos.
Tal vez se puede superar el miedo,
el dolor de la ausencia, también la muerte
y vivir en el amor
sin mancharnos de ayer ni enredarnos en mañana.
Hoy, ahora y nada más.
Tal vez así se puedan borrar esas fronteras
que nos desnudan a los vientos.
Pero yo todavía no sé cómo declinarme
o si debo ser conjunción o relativo
o convertirme de una vez por todas
en adjetivo o en adverbio.
La noche, la noche nunca calla,
la noche escribe versos
y escupe y da dentelladas en los rostros
que desafían a las estelas de los sueños.
La noche pronuncia nombres
en un rito ancestral y mágico,
casi secreto
y transforma el silencio de muñecos y marionetas
en la verdad que esconden
charlatanes y poetas.
La noche se fijó en mí hace ya mucho tiempo,
Demasiado tiempo,
pero le salí rebelde, como a mi madre,
porque cuando deletreó la cima oculta de mi nombre,
permanecí callada
y me escondí en las luces de la aurora
para hacerle creer que desde mi boca,
no podrían vivirse sus poemas.
Pero no podemos remar en contra de nosotros mismos,
eso convierte la vida en un infierno.
Y de repente siento
como la voz de Whitman me zarandea.
Ahora sí.
Sí.
Por fin.
Estoy despierta.
Olga Becerra
Nota: Los versos en cursiva son de Walt Whitman.
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