Fotografía de la autora |
"...porque no importa dónde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma".
Desayuno en Tiffany's
Saber que tus ojos me siguen
mirando en la distancia
y no contestarles nada.
Me envuelvo en esta niebla tonta,
a la que sigo llamando soledad,
frente a una taza de café vacía.
Escribo y lleno de letras
cuadernos y hojas tristes.
Escribo y lleno de letras
cuadernos y hojas tristes.
Y en mis pensamientos, tú.
Una sola taza de café.
Hoy te pienso más que ayer.
Pero no te digo nada.
Mucho más que ayer.
Y este mantel descolorido.
Tendría que cambiarlo.
Y la taza vacía.
Y yo con soledad.
Ya no quiero los cuadernos.
Sobrevuela un ruido.
Debe ser un avión.
A estas horas, un avión.
Qué más da.
Nunca terminan de arrancar
los motores de mi llanto.
Llenaré la taza nuevamente.
Todavía no sé muy bien
si la llenaré de café,
de lágrimas
o de enigmas.
Olga del Carmen Becerra
Una sola taza de café.
Hoy te pienso más que ayer.
Pero no te digo nada.
Mucho más que ayer.
Y este mantel descolorido.
Tendría que cambiarlo.
Y la taza vacía.
Y yo con soledad.
Ya no quiero los cuadernos.
Sobrevuela un ruido.
Debe ser un avión.
A estas horas, un avión.
Qué más da.
Nunca terminan de arrancar
los motores de mi llanto.
Llenaré la taza nuevamente.
Todavía no sé muy bien
si la llenaré de café,
de lágrimas
o de enigmas.
Olga del Carmen Becerra
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