jueves, 24 de marzo de 2016

CONTROL

Imagen tomada de www.duiops.net

Él pudo ser su príncipe azul,
pero sólo lo dejó convertirse en su pequeño sapo.
Pudo ser el gozo, la alegría y los colores,
pero terminó retocada a su gusto en el Photoshop,
por aquel ridículo fotógrafo,
de una manera bastante burda,
que tampoco terminó de agradarle por completo.
Pudo ser la fiesta, la aurora, la acción de gracias,
pero en cuanto concibió su sueño,
lo abortó enseguida
para no dejar de sentirse la víctima más víctima
de todas las víctimas.
Un buen día se sintió optimista
y quiso florecer al mundo,
mostrando un esbozo de sonrisa.
Sólo un esbozo.
Pero las comisuras de sus labios
no supieron cómo remontar
aquel profundo abismo.

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