sábado, 2 de febrero de 2013

QUERIDO SEÑOR



Querido señor:
He mirado a través de mi ventana y lo he visto.
Caminaba despacio, muy despacio hasta mi puerta.
Zozobra y timidez en cada paso.
Y ahí estaba yo, observando cada movimiento
como leyendo cuando se lee en un poema,
cada línea y cada rasgo de esos que azotan
con fuerza en sus silencios.
Alcé mi mano, 
como queriendo deslizar la punta de mis dedos
a través de sus labios finos,
como si pudiera despertar entre sus pliegues, 
un esbozo de sonrisa.
Pero mis manos no parecían llegar a ningún lado
y usted, con la mirada perdida en la fachada,
se dio media vuelta.
Con mucho esfuerzo, ahogué mi grito,
¡yo deseaba tanto que llamara!
Y así lo dejé partir, 
La sombra de la tarde me envolvió lenta, suavemente.
El tiempo siguió su curso.
Nada parecía haber cambiado.
Pero todo estaba roto. Todo era diferente.
Y entonces pude ver ante mí, un nuevo mundo
desde la desnudez inocente de aquellas lágrimas.

3 comentarios:

  1. Me he imaginado la escena pero no sé si he entendido el contenido, ya me entiendes, ahora el último verso es soberbio, de bueno se entiende, ¡Precioso, una belleza de verso! "un mundo nuevo desde la desnudez inocente de aquellas lágrimas" De verdad, me encanta, y el resto también, además con rimas, que quieras que no es a eso a lo que llamamos poesía, no?

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    1. He dudado a la hora de responder a tu comentario porque creo que un poema no debe explicarse. Él habla y te muestra su pequeño y reducido mundo y tú, como lectora en este caso, te abres a él desde tus propias emociones, sentimientos o experiencias. Es entonces y sólo entonces cuando el poema cobra vida. Tú lo transformas en algo tan personal y tan tuyo que se hace grande y único. Te conmueve, zarandea o te deja indiferente... Son muchas las posibilidades porque un poema se gesta desde la emoción, -aunque haya técnicas y modos que deban ajustarlo a la racionalidad-, y camina o vuela hacia otras emociones. Y tú estás ahí, esperándolo o no, para escucharlo como nunca nadie antes lo hizo.
      ¿El contenido? En mi caso tengo claro quien es ese señor al que me dirijo. ¿Dios? ¿Un sueño? ¿Un deseo? ¿El amor? ¿Un hombre concreto tan real como la vida misma? Lamento no contestarte a esa pregunta... A veces, contarlo todo, hace que la magia se evapore.

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  2. Me parece muy curioso que estando dirigido hacía el otro lado del cristal, realmente cuente mucho más de la persona que mira, no de quien es observado. ¨y usted, con la mirada perdida en la fachada,¨me parece que tiene un doble sentido muy profundo. Me ha gustado mucho. Como siempre, gracias.

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