miércoles, 15 de agosto de 2012

LA FRAGANCIA DE LA ROSA




El tiempo parecía estancarse entre mis manos
y la luz de la tarde se hizo sombra
porque vi el amor de ayer desfigurado en la rutina
y, en un solo momento, me di cuenta:
se despidió la fragancia de la rosa.
Tal vez sea la hora de mirarnos frente a frente,
la hora de esbozar una sonrisa 
y jugar por un pequeño instante a los engaños,
(pero un instante muy pequeño,
no sea que nos hundamos en sus fauces).
Y si no soy capaz de darte aquel sueño adolescente
y la ilusión es un cadáver al que ya ni se le reza,
puede que haya llegado el momento del adiós
o, quién lo sabe,
de buscar un nuevo encuentro en otros ojos,
en otras manos...
pero antes, dime,
dime dónde o cómo hallar ese perfume,
dime, si lo sabes,
quién puede rescatarnos de este olvido.


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