Porque somos dos,
caminando en el mismo cuerpo,
con distintas risas, con distintos
llantos.
Lo que a uno le gusta, el otro
aborrece;
lo que uno sueña, el otro desgarra.
Uno es la alegría, otro es el
quebranto;
y así vamos los dos, sin marcar los
límites
de quién es el mejor o el más
demoníaco
Porque somos dos,
van nuestras alforjas llenas y vacías
en la tempestad de la indecisión y de las pasiones.
Uno busca el recuerdo, el otro se
ampara en los olvidos
Y así, como dos, en la misma
huida,
somos desgraciados,
grandes, diminutos, buenos o
culpables.
Porque somos dos nacen los errores,
porque somos dos mueren los instintos
y nos duele a un tiempo en la misma
carne.
Uno frivoliza, otro es el profundo
y así como dos,
vamos enfrentados en la misma cárcel.
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