Unas manos tan desnudas como el
agua
van corriendo presurosas por los
cuerpos:
en un grito tan callado como
obsceno,
se derriban y se anulan, y se
estallan,
y entremezclan las violencias con
los juegos,
unas manos, derritiendo cuanto
aman,
que se sufren retorciendo sus
infiernos,
se obsesionan y se rizan y se
escapan
y se empujan con locura hacia lo
cuerdo,
y se sueñan, se navegan, se
naufragan,
y se pierden sin control en ritmos
densos,
se envenenan y se queman y se
asaltan,
se columpian y deshojan dedo a
dedo,
Esas manos, silenciosas, casi
aladas,
profanando los espacios y los
tiempos,
pura furia incontenible en diez
espadas,
anhelantes por romper sus
universos,
¿dónde
están?
¿adónde
fueron?
Olga del Carmen Becerra
Este es un poema muy antiguo. Fue publicado hace doce años aproximadamente en una revista literaria de difusión gratuita. Iba con mi pseudónimo habitual que he respetado al pie del mismo. Está presente en el libro que lleva el mismo título que el blog. En esta ocasión, lo he acompañado con una ilustración de Maoua Orma. Me parece que me gusta cada vez más ver sus dibujos junto a mis textos.
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