A Manuel Vegas
Otra hoja en blanco para intentar de nuevo un mundo a mi medida.
Se llena de magia la tinta
convertida en una tierra donde brotan las palabras.
¿Vendrán cargadas como los
ejércitos se cargan de protestas?
¿O serán los destellos con
los que se iluminan los amantes?
Puede que se asomen a las
lágrimas del alma y que rocen su tristeza.
¿Quién lo sabe?
Las palabras en desfile,
poco a poco se presentan,
pensativas, parlanchinas,
indiscretas
y entre ritmos que ellas
saben
van pasando ante los ojos de
un lector que se sorprende.
Las palabras te
convierten,
se trasforman en modelos de
costuras escondidas,
de esas que no se ven,
aun siendo las que más profundamente
duelan.
Como ilustres invitadas, las
palabras han llegado y en un gesto imperceptible
se han tomado de la mano
para hacerse un solo bloque en el poema.
Y tras tanta algarabía, todo
cobra ese sentido diferente, inesperado.
¿Es la burla o es el juego?
¿Lo trivial? ¿Lo trascendente?
A su fiesta repentina y
espontánea ellas me invitan.
Ignorantes, ya han saciado
esta sed que hubo por verlas
bien vestidas y arregladas
con mis versos
y las miro con desdén
mientras hago que se acabe su presencia
cuando arrastro un gran
borrón sobre sus cuerpos.
Olga Becerra
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